Constructivamente, se caracteriza por estar rodeada de un extenso corredor, utilización de maderas nobles, tabiquería de caña de Guayaquil, barro endurecido con polvillo de yeso, pintura y papel mural en el revestimiento interior.
Se vio en sus muros el marco ideal para la salvaguarda y puesta en valor del material recolectado por un equipo de geólogos, con abundancia de muestras dignas de ser incorporadas a un museo.
Luego de la completa restauración y recuperación del fundo, el Museo Minero de Tierra Amarilla abrió sus puertas el 18 de agosto del año 2011, con un radio total de casi ocho mil metros cuadrados y más de mil ejemplares en exhibición que dan cuenta de la riqueza natural en el norte del país.